"Me abandonó, como se abandonan los zapatos viejos,
destrozó el cristal de mis gafas de lejos,
sacó del espejo su vivo retrato ..."
Lo acepto,
"tanto la quería,
que, tardé, en aprender a olvidarla,
diecinueve días y quinientas noches."
y entonces,
"Este virus que no muere ni mata"
(Joaquín Sabina)
P.D: Iba por la noche 55, aparece sin avisar un fantasma y
volvemos a la noche 1.
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